Actividades para estimular el desarrollo cognitivo y lingüístico
Actividades para estimular al bebé
Dentro de las actividades para estimular al bebé, encontramos dinámicas como mover la cabeza hacia un lado mientras está acostado o abrir la boca cuando el chupón del biberón o el pezón de la madre le tocan los labios o incluso antes de que toque la boca. En estas actividades también se busca que muestre sensibilidad al contacto de un cuerpo tranquilizándose, llorando o moviéndose, que mire al lugar de donde proviene un sonido, que levante y mantenga la cabeza erguida momentáneamente, que llore de manera diferente según lo que quiere conseguir, que siga con los ojos un objeto que se mueva, así como mantener el contacto visual durante 3 segundos.
Por otro lado, también se pretende que se arrulle y gorgojee cuando está contento, que trate de alcanzar objetos y balbucee grupos de sílabas.
Actividades para el desarrollo social
De 0 a 1 años, encontramos diferentes actividades donde se trabaja que el niño sea capaz de seguir el movimiento de un objeto o persona, que responda a sonrisas y tonos de voz, sonreír ante gestos y que extienda las manos hacia objetos o personas. En la etapa de 1 a 2 años, encontramos actividades donde se refuerza el jugar con otros niños, aceptar la ausencia de los padres, imitar movimientos o acciones, ser capaz de compartir, reconocer los objetos que no se pueden tocar y saludar cuando se les recuerda. Asimismo, en la etapa de 2 a 3 años se persiguen los objetivos de obedecer, prestar atención a un cuento o a una canción, decir “porfavor” y “gracias” cuando se le recuerde, ayudar a los padres y comprender los sentimientos de otros. Por otro lado, en la etapa entre 3 y 4 años se pretende que le niño cante y baile al escuchar música, que siga las reglas del juego, que salude, pida “porfavor” y “gracias” sin que se le recuerde y que se relacione con otros niños. En la etapa de 4 a 5 años se realizan actividades donde se pretende que el niño participe en conversaciones, participe en tareas domésticas y se comporte en público de forma socialmente aceptable. Finalmente, en la etapa de 5 a 6 años se trabajan los objetivos de manifestar sentimientos, cooperar, explicar las reglas de un juego, participar en conversaciones, consolar y dramatizar cuentos.
Desarrollo motriz
En la etapa de 0- 1 años encontramos actividades donde se busca que alcance, sostenga y tire objetos, que se siente, primero sujetado por un adulto y después mantenerse un tiempo, que se ponga de pie apoyándose, que gatee y que aplauda. En la etapa de 1- 2 años, se realizan dinámicas donde se pretende que el niño trepe y baje escaleras gateando, que se ponga de pie sentado o de cuclillas, que haga rodar pelotas, coloque aros en una clavija o que construya bloques. En esta etapa también comienzan a caminar solos. Por otro lado, entre los 2 y 3 años, los niños comienzan a dar saltos, primero con ambos pies, aprenden a coger un lápiz, a andar hacia atrás y a bajar escaleras con ayuda. Además, hacen bolas de plastilina y desatornilla y arma de nuevo juguetes.
Desarrollo del lenguaje
En la etapa entre 0- 1 años se realizan actividades donde se repiten los sonidos al niño en voz alta para que él lo repita, que el niño aprenda a imitar ademanes como decir “adiós” con la mano. Entre el primer y segundo año, el adulto debe empezar con ilustraciones de objetos familiares y enseñárselas al niño y leerle cuentos o poemas infantiles Por otro lado, en la etapa entre los 2 y 3 años, se busca que el niño enuncia oraciones con verbos simples en presente y que responda a preguntas simples. Entre los 3 y 4 años debe ser capaz de prestar atención mientras se lee un cuento, así como decir su nombre completo y relatar sus experiencias, tanto en pasado como en futuro. En la etapa de 4- 5 años se pretende que enuncie oraciones compuestas, que relate un cuento y conozca ciertos antónimos. Finalmente, entre los 5 y 6 años, el niño debe ser capaz de contar chistes y relatar experiencias diarias.´
Desarrollo cognitivo
Entre los 0 y 1 año, el niño descubre la existencia de las distintas partes de su cuerpo, además de los sentidos. Se debe de premiar al alumno con caricias, sonrisas y besos de forma que refuerce también lo que está aprendiendo. En esta etapa también se empiezan a utilizar las manos siguiendo las indicaciones del profesor, que le va indicando acciones para que el alumno las ejecute. Entre los 1 y 2 años, el alumno debe de hacer lo que el maestro le pida, es decir, debe de reconocer el mensaje que le transmite el profesor y ejecutarlo. En la etapa 2- 3 años, el niño debe de reconocer su entorno detalladamente para poder resolver las cuestiones que el maestro le pide que haga, haciendo uso de sus extremidades y de sus sentidos. Por ejemplo, completar un tablero o coger de una estantería un libro específico. También hace parejas de pares y señala las diferencias entre dos objetos. Además de esto, nombran los objetos que se le piden y los relacionan con su imagen. Por otro lado, entre los 3 y 4 años, se busca que el niño sepa diferenciar, nombrar y/o juntar los objetos/figuras con características opuestas, señalar y obedecer órdenes; así como, describir un suceso o un mismo objeto. Asimismo, entre los 4 y 5 años, el niño debe saber escoger el número de objetos que se le piden, hasta 5. Saber nombrar texturas, copiar objetos y figuras geométricas y mantener en la memoria lo que ha visto; así como la ausencia de estos objetos. Reconoce el día y sus momentos; nombra/cuenta colores y monedas de poco valor y son capaces de repetir lo que han visto u oído. Finalmente, entre los 5 y 6 años el niño identifica y nombra hasta 20 objetos/palabras (en orden de posición) y reconoce el orden de las letras del alfabeto, por eso a estas edades escriben su propio nombre a letra de imprenta. Conoce los días de la semana en orden, los meses (especialmente el de su cumpleaños) Además, diferencia su derecha de su izquierda, el ancho y el largo de un objeto, las letras mayúsculas y minúsculas del alfabeto (juntándose entre sí).El alumno llega a predecir lo que va a suceder.
Reflexión individual
Esta vez, no trabajé únicamente con "Maestras por el mundo", sino que en cada equipo había expertos en diferentes temas sobre el desarrollo cognitivo y lingüístico. Yo era una experta en las actividades para favorecer este desarrollo. Por ello, me reuní con las expertas del mismo área del resto de equipos para poner en común todo lo que sabíamos y poder discutir lo que nos parecía más relevante. Posteriormente, aquellas conclusiones a las que habíamos llegado se las comunicábamos a nuestros respectivos equipos de trabajo.
Al trabajar con otras personas que no son de tu equipo, hace que desarrolles más la faceta de "trabajo en equipo" pues aquello que aprendes, no es solo bueno para tu equipo sino también para el resto. Por ello, también hemos aprendido a compartir saberes y colaborar antes que competir entre nosotras.
Además, al ser "experta" en un área, me ha ayudado a aprender mejor sobre aquello que me correspondía y a saber comunicárselo al resto.
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